Interesante noticia la que me encontré ayer en alt1040 referente a como los suizos enfocan el tema de la protección de los derechos de autor. No es que Suiza sea un país que no se toma en serio la creación de la «Cultura». Pero, como país racional, encarga un estudio, donde se analice los «pros» y los «contras» de endurecer y castigar las descargas de contenidos a través de internet.

Y la conclusión del estudio es que la gente sigue manteniendo la cultura, porque sigue destinando la misma cantidad de dinero a los eventos culturales y a los autores, solo que de forma diferente. Este estudio y sus resultados, que no han sido comentados en ninguno de los telediarios de ayer, pues viene a decir lo que otros ya dijeron: que lo que ha cambiado es el «modelo-de-negocio», no que los creadores se mueran de hambre.

Pero en el Estado Español enfocamos las cosas de otra forma. Aquí nada de estudios, basta con lo que digan las Entidades Gestoras de Derechos de Autores, o que en algún listado hecho por un lobby de la Industria, aparezca nuestro Estado en la lista de «países piratas» para que el Ministerio de Cultura (por decir algo) se embarque en una lucha sin cuartel contra «los piratas», sus webs de enlaces, amparándose en toda esa retaila de «cosas» (así, «cosas» porque es difícil definir lo que propone la Ley de Economía Sostenible) que apoyaron los diputados de PSOE, PP y Ciu.

Asi nos luce el pelo. Y eso, que los suizos, cuando se ponen a ser piratas, pueden ser más piratas que nadie (más que piratas, corsarios). Qué para eso crearon el «secreto bancario». Pero en este caso no, no se consideran piratas, ni creen que los Autores vayan a acabar pidiendo limosna a la puerta de una iglesia (no por favor, mejor pedir limosnas directamente al Ministerio de Cultura).

Que me devuelvan la parte de mis impuestos que se dan en subvenciones a los Autores. O que sea como a la Iglesia, una casilla opcional, donde la gente decida si quiere o no apoyar a los Autores.

Leo en varias fuentes, la noticia de que el Ministro español de Industria, no vería mal que los ISP cobrarán a los buscadores por el uso de sus redes. Es más, en Expansión.com incluso indican que especifica que el cobro no se va a trasladar a los consumidores. Menos mal. Una aclaración que nos deja más tranquilos (sárcasmo).

Digamos que cobrar a Google sería como cobrar 2 veces: por un lado tenemos que el usuario paga al proveedor por poder «usar la red» y al generador de contenidos por «usar la red». El uso de la red es abonado 2 veces. He visto multitud de argumentos que apuntaban a que esto sería como cobrar al fabricante de neveras por parte de las empresas eléctricas. Yo quiero dar otro simil: como en el protocolo TCP/IP, hablemos de paquetes, donde los ISP serían empresas de mensajería. Cuando uno envía un paquete a través de este servicio, paga o el origen o el destino, pero no ambos. ¿Se imaginan que al enviar una carta, por la que he pagado un precio que, según la teoría clásica de la Oferta y la Demanda, cubre el coste del servicio e incluso, da un margen de beneficios, se cobre al destinatario otra vez? Tendríamos un aumento brutal e injustificado de los beneficios. Además de no entrar ya en el hecho de que los ISP españoles (entre los que se encuentra Telefónica) son de los más caros de la OCDE.

Por otra parte, con el Estado actual de las Cosas, tenemos que nadie impide a los ISP generar contenidos y ganar esos beneficios que indica se llevan «Google» y otros buscadores. Una situación de Neutralidad de la Red representa un óptimo de Pareto, donde nadie puede mejorar sin perjudicar al resto. Los ISP pueden obtener mayores beneficios cobrando a Google, pero tanto Google como los usuarios (los que disfrutan con los contenidos) estarían en una situación peor. Por otra parte, si lo que paga Google se le descuenta a los usuarios, los ISP estarían igual, los usuarios ganarían pero Google perdería. Por más combinaciones, el resultado es el mismo: unos ganan si los otros pierden. En el escenario que plantea Mr.Alierta (que imagen más deporable hablando de los «esemeses»…¿dimitiá?), Telefónica sería más rica, pero los usuarios perderían al disminuir el incentivo a los Generadores.

Pues eso. El señor Ministro bien podría pensar un poco lo que comenta y no meterse en jaleos. Pa’que te metes, pa’que te metes…

Finlandia sufrió una fuerte crisis a principios de los 90s. El Desempleo alcanzó la cifra del 17% y de ella se pueden extraer importantes lecciones y similitudes con la crisis económica actual que sufre España.

La crisis estuvo precedida de un «boom» inmobiliario (¿les suena?) consecuencia de la liberalización del sector bancario y la existencia de bajos tipos de interés, que se utilizaron para financiar «el ladrillo» (¿les sigue sonando?). Durante la burbuja, el crecimiento económico se disparó y el desempleo estuvo bajo mínimos. Parecía que nunca se iba a terminar.

Pero si que terminó. Finlandia se encontró con un «shock» financiero (esa canción ya la he escuchado…) externo (subida de tipos de interés del Banco Alemán) que obligó a subir los tipos de interés para mantener la tasa de intercambio de su moneda (tiempos en los que aún no existía el Euro). ¿Consecuencia? La financiación se encareció y la gente ya no podía permitirse comprar las casas que tanto anhelaba. También hay que unirse que a principios de los 90s comenzó la «desmembración» de la URSS y las importaciones soviéticas representaban el 20% de las exportaciones totales de Finlandia.

Pues en esta tesitura, las hipotecas pasaron a ser mayores que el precio de las casas, y las empresas entraban en bancarrota al no conseguir liquídez (¿Martinsa-Fadesa?). Finlandia retrocedió el 10% de su PIB, y comenzó el debate sobre su futuro y las soluciones sobre la crisis.

Se produce un relevo en el Gobierno, saliendo los socialdemocrátas y entrando los Conservadores, quienes pretendieron introducir sus «recetas» para la crisis: bajar impuestos, bajar salarios, comenzar a criticar y amenazar el «Estado de Bienestar» (por introducir «malos incentivos», ya que las pagos por Desempleo los interpretan como «incentivo a no trabajar» entre otras lindezas…), bajan los tipos de interés (que provoca una devaluación de su moneda del 30%)…los sindicatos amenazan con Huelgas generales…es decir, lo que sale ahora mismo en el apartado de «Actualidad» de cualquier periódico…Pierden las siguientes elecciones y los socialdemócratas vuelven al poder

Pero la recuperación ya estaba en marcha. La devaluación produce una mejora de la competitividad, lo que unido a una moderación salarial pactada con los sindicatos, permite mejorar las exportaciones sin aumentar la demanda interna. El país comienza a salir a flote en 3 años.

¿Lecciones de la crisis Finlandesa?:

  1. la crisis permitió «sacudir» a los agentes menos eficientes (bancarrotas de empresas) y que abandonaran el mercado, siendo reemplazados por otros productores. Se produjo un cambio estructural: pasó de ser un país productor de industria («Vieja Economía») ligadas a las materias primas que posee (papel, pulpa de papel, industria metálicas) a fundamentarse en el sector de la «Nueva Economía», gracias al empuje del sector de las telecomunicaciones, en concreto, a Nokia. Este cambio de Modelo económico (como la finalidad de la LES) fué posible en parte a la «Destrucción Creativa» provocada por la crisis.
  2. El I+D. Finlandia tiene una inversión en I+D próxima al 3% de su PIB (el objetivo del Tratado de Lisboa) y es de las más altas del mundo. Esto posibilitó la creación de empresas como Nokia (hay que recordar que Finlandia tiene 5 millones de habitantes, menos que la Comunidad de Madrid, Nokia en sus origenes fabricaba pulpa para hacer papel…) y la aparición de sectores productivos ligados a la «Nueva Economía». Hay un rumor que dice que es imposible fabricar un móvil sin utilizar tecnología desarrollada por Nokia (que se lo digan a Apple!)
  3. La moderación salarial y el «Estado de Bienestar». Aunque esto es posible gracias a los acuerdos alcanzados con todos los agentes del Mercado de Trabajo y al «Estado del Bienestar», cuyos servicios permiten cubrir demandas de la población que no tienen que ser pagados por el trabajador, de manera que no es necesario mayores salarios para conseguir mayor calidad de vida. Recordemos que Finlandia es un país con una importante cantidad de oferta de trabajo femenina, gracias al desarrollo de servicios de guardería, contratos flexibles, bajas de maternidad, etc.

Por lo tanto, Finlandia a principios de los 90s, crisis precedida de «boom» inmobiliario. Salida de la crisis: «Destrucción creativa», I+D y moderación salarial. En próximos capítulos, aplicaremos las lecciones a España.

Volvemos sobre el tema de los formatos y estándares para documentación. Esta vez ha sido el Gobierno noruego, en concreto, un informe de la Agencia de Administración Pública y eGobierno (DIFI) ha concluido que el OOXML no cumple con sus requerimientos.

La razón está en que, pese a trabajar con ECMA para su estandarización, tiene más de 100 cambios sugeridos en el estándar que ha presentado, por lo que se trata de un formato «inestable».

Mientras tanto aquí, estamos a muerte con Microsoft.

Brasil ha anunciado, entre otras medidas, que introducirá la Copia Privada como «derecho básico». Esto puede que nos suene insustancial, porque en España, este ya es un derecho reconocido. Pero no deja de ser paradigmático que, mientras la dirección de la mayoría de leyes «sobre internet» que vemos en países próximos (incluídos el nuestro) va en dirección opuesta, aumentando el derecho de propiedad intelectual como un derecho fundamental:

Elevar los derechos de propiedad intelectual, derechos privados y de naturaleza patrimonial, a un estatus equiparable a intereses dignos de protección reforzada, como el orden público, la seguridad pública, defensa nacional, la salud o la infancia, y los derechos fundamentales.

Pues bien, esto le ha valido el calificativo de «país más innovador del mundo» por parte de  Larry Lessing (el creador de la licencia «Creative Commons»). Y es que no deja de ser paradójico que quienes hablan de «innovación» sean los mismos que quieran utilizar mecanismos de hace 200 años. Si son tan «innovadores», que busquen nuevos mecanismos y aporten nuevas ideas, en lugar de escudarse en los fundamentos de la Primera Revolución Industrial (sí, la de la máquina de vapor). El mundo ha cambiado y ahora estamos en el siglo XXI y no en el XVIII.

No se habla de que un creador no gane dinero. Precisamente Creative Commons viene a ser una mejora del Copyright y permite beneficios a ambas partes (consumidores y creadores). Pero necesitamos ir más allá, y buscar mecanismos que sean útiles para los tiempos que vivimos y intentar nadar contracorriente y demonizar la tecnología. Edwin Mansfield fué un economista que dedicó parte de su esfuerzo a estudiar relaciones estadísticas relacionadas con la innovación y el crecimiento económico. En 1986 publicó que las empresas, en respuesta a un formulario que les había enviado, manifestaban que hubiesen desarrollado invenciones y novedades AUNQUE no hubiesen existido las Patentes (excepción: la industria Química y la Farmacéutica). Por lo tanto, igual no es cierto que las patentes representan un importante incentivo a la innovación. Yendo un paso más allá: igual no es cierto que la música se va a morir en 5 años.

Por lo tanto, ¿por qué nuestro país no arriesga un poco en sacar leyes que faciliten el acceso a internet, en lugar de demonizarlo? La «Vía Brasileira» puede ser una alternativa. Porque estamos hablando de economía sostenible, que según indica la misma ley:

“Economía Sostenible” es “un patrón de crecimiento que concilie el desarrollo económico, social y ambiental en una economía productiva y competitiva.

Hagámosla realidad.

Rodríguez Ibarra (RI en adelante) es un político español, que habrá hecho cosas buenas y malas, pero ha hecho una muy buena: promover el Software Libre. Su política en este sentido, de dotar a la Administración Pública de una arquitectura opensource fué en su día un movimiento arriesgado que le valió salir en la portada del Washington Post hace ya algunos años.

Pues bien. La semana pasada estaba leyendo sobre una encendida polémica entre RI y Múñoz Molina (MM en adelante), a ráiz de un artículo publicado en El País por el primero al que contestó el segundo y ha devuelto el guante el primero. Les voy a hacer un resumen: RI habla sobre como el proceso creativo se basa en ocasiones en dar nuevos usos a cosas ya existentes (pone por ejemplo la fregona, que no es más que un trapo unido a un palo, y ambas cosas existían antes o las maletas con ruedas, en la  misma situación) y establece un paralelismo entre estos bienes comunes y las canciones, y como unas melodías se apoyan en otras canciones escuchadas, y  se pregunta cómo se podría repartir las ganancias de los derechos entre el creador final y sus influenciantes. También sobre como un escultor cobra una vez por su trabajo y no cada vez que vemos su obra tenemos que pagar. Y la tercera, como cuando quieres comprar naranjas, puedes sólo querer naranjas y no que te obliguen a comprar también melones (en alusión a que sí te gusta una canción, no es justo que te obliguen a comprar el disco entero).

Pues todo esto no ha sentado nada bien a gente pro-derechos-de-autor-y-derecho-a-vivir-por-la-patilla, y entrado al trapo MM, intentando tirar por tierra los argumentos (por supuesto que discutibles) de RI. Pero claro, se ve que MM no ha leído mucho de retórica, porque sus argumentos son más pueriles que aquellos de Bill Gates y el opensource es Comunismo. Habla MM que RI, al igual que no quiere melones, no querrá tampoco pagar la parte del coste de las naranjas que corresponde a la gasolina gastada en transportarla o la electricidad que utiliza el frutero en su establecimiento. Tamaña tontería. Primero que no es cierto ni se deduce (¿falacia?), que RI se haya negado a abonar dichos costes. Segundo, que cualquiera sabe que el precio final repercuten TODOS LOS COSTES asociados al producto (naranjas) y si no lo sabe, que lea algo de Contabilidad Analítica (pero algo básico, al nivel de sus libros). Y tercero, no dice nada del argumento de RI de la similitud naranjas=una-canción-en-concreto, naranjas+melones=disco-entero, sino que habla de otros costes asociados al proceso productivo, costes que desde luego son menores (únicamente el coste de la conexión y el soporte físico de almacenamiento del archivo) y muy inferiores a los 15 o 20 euros que la gente como MM dice que vale un CD. Pero ya dijimos que ni dice ni se deduce que RI no quisiera abonar todos los costes asociados (y siempre incluidos) en el precio final de un producto.

No teniendo más argumentos a mano (como Bill Gates) pues ataca al sueldo que percibe o no percibe RI, diciendo que salen de los impuestos (fué cargo público), o incluso se mete en el tema de «Bienes Públicos«, sin darse cuenta de lo resbaladizo del tema. Su único argumento: los artistas tienen derecho a cobrar, y  le pregunta a RI que si como socialista, cree que  «(…)el trabajo merece o no ser remunerado con justicia.» Aquí ya empiezan las risas. Si tenemos en cuenta que Rosario ha publicado 4 discos en los últimos años SIN NINGUNA CANCIÓN NUEVA vemos lo justo que es el sistema de remuneración que defiende MM. Sin palabras.

Pues así están las cosas. Sé que MM no va a leer este artículo en esta dimensión, pero seguro que en alguna me lee y me responde. Y no me quiero despedir, sin agradecer a RI su impulso al Software Libre. Que ZP tome ejemplo.

Al hilo de una entrada en Slashdot, me encuentro que Nueva Zelanda, a pesar de tener un acuerdo con Microsoft, han montado una red escolar basada en Software Libre. Utilizan OpenOffice, su SO es Ubuntu, Moodle como herramienta de publicación, etc. Ya sabemos que Nueva Zelanda, y ahora no sólo geográficamente, está en las antípodas de España.

Mientras tanto aquí, gastamos dinero en promocionar el Software Libre, pero no lo introducimos en las escuelas, perdiendo la oportunidad de llevar a la población más allá de las licencias. Porque si el estudiante utiliza OpenOffice en la escuela, lo hará también en casa. Porque no es cierto que Microsoft Office sea mejor, aunque sí más caro.

He de reconocer que, aunque intenté no instalar MS Office, he tenido que hacerlo por razones laborales (mi cliente no utilizaba más que el formato propietario y no sabía que hacer con un fichero .odt). Lo mismo a la hora de enviar curriculums (ahora los envío en .pdf). Está claro que MS Office se ha convertido en un estándar de facto, pero es propietario. ¿Pero que pasaría si un estándar abierto fuese el dominante? Que yo nadie tendría que utilizar MS Office.

Esto viene al hilo de qué si educamos en estándares abiertos, disponibles a todo el mundo, ganamos todos. Por si no lo saben, el Estado Belga utiliza .odt en su documentación, ya que no ve seguro tener información confidencial en un formato propietario no-estándar (el .doc de MS Office), ya que, las leyes de patentes dan un poder sobre que se puede hacer y no hacer con un documento. MS puede quebrar, puede dejar de dar soporte, puedes perder la información. ¿Se imaginan las consecuencias en un trabajo de investigación que se pierde?. ¿O en secretos de Estado?. El Estado de Massachusetts así lo hizo constar cuando adoptó formatos no-propietarios:

Es absolutamente imperativo para el sistema democrático de los EEUU que perdamos la práctica de tener nuestros documentos públicos cautivos en un formato exclusivo, sea éste el que sea, arriesgándonos a que en el futuro el documento sea quizás ilegible o esté sujeto a un sistema de licencias exclusivo que restrinja su acceso.

Hay miles de razones más allá del considerable ahorro (una licencia de MS Office vale entre 150 y 400€) y aquí tienen unas cuantas más. La Free Software Foundation alienta a los Gobiernos a utilizar Documentos Abiertos (Encourage governments to adopt OpenDocument).

Parafraseando a Sabina: «Nos sobran los motivos«.

Este post vuelve a sobre como se hacen las cosas en España. Por un lado tenemos la iniciativa del «Plan Avanza» que busca, entre otras cosas el desarrollo del Softaware Libre:

«En el Programa de Software libre y código abierto se llevan a cabo actuaciones de difusión, formación, asesoramiento tecnológico y de dotación de equipamiento informático para el fomento recogidas en los convenios firmados con el CENATIC

Pues bien. En los últimos meses hemos asistido a movimientos pro-Software Libre en países, promovidos por sus respectivos Gobiernos. El primero del que tuve noticia fué Bélgica, quién obligó que todas las comunicaciones internas estén basadas en documentos con formatos libres. Otros países han hecho algo similar, el último del que tengo noticia ha sido Hungría, mientras que en España, seguimos sin noticias de Gurb. ¿Cuándo verémos ese titular en 20Minutos?

Pues eso, que la mejor forma de sacar rendimiento a una inversión es alinear la estrategia con la praxis. Ya el otro día comentabamos que el programa «Escuela 2.0» no iba a fomentar el uso del Software Libre, tras un acuerdo de colaboración del Ministerio de Educación con Microsoft.

Mientras tanto, un día más, seguimos en contra del Anteproyecto de Ley de Economía Sostenible.

Estoy leyendo en lainformación.com sobre que todos los partidos poco a poco van exigiendo al Gobierno un cambio y que retire la polémica norma sobre el cierre de Websites. Sus razones pueden ser diferentes a las mías (¿nuevos argumentos?¡Enhorabuena!) pero lo que queda claro, es que el Gobierno se queda solo (bueno, solo, solo…le apoya la SGAE y demás lobbyes). La oposición argumenta que la inclusion de cambios que afectan a los derechos de autor teniendo pendiente aún la reforma de la Ley de Propiedad Intelectual. Empezar la casa por el tejado dirían otros. Lo que está claro, es que algo se nos escapa, porque es extraña la obsesión del Gobierno, pese a quién pese, para aprobar su proyecto.

Lo que está claro es que les da igual cambiar lo que haya que cambiar, modificar la jerarquía en la importancia de los derechos de los ciudadanos (propiedad privada en la cúspide, por encima del derecho a la intimidad?), quedarse solos en una travesía del desierto…o es cabezonería o existen importantes motivos para actuar así. De existir, ¿por qué no los comparten y así convencernos a todos?.

Para mí es una incógnita sus razones. Estoy leyendo todos los días argumentos en contra, pero no veo ninguno a favor (salvo a Aute proclamando el fín de la música en 5 años…).

Venceréis pero no convenceréis.

El CAFTA (Central American Free Trade Agreement with the United States), un tratado de «Libre-Comercio» entre Estados Unidos de América (EUA) y los países de Centro-América, no está ratificado con Costa Rica, debido a problemas con la propiedad intelectual, lo que provoca que Costa Rica no pueda exportar azúcar a EUA. Dos son las amenazas que impiden a Costa Rica endurecer sus leyes de defensa del copyright: por un lado, los estudiantes no podrían fotocopiar libros, y acceder al conocimiento que hay en ellos, y por otra, su sistema de Salud entraría en bancarrota si tuviese que hacer frente a los royalties de los medicamentos.

He estado leyendo en Boing-Boing y en Alt1040 sus quejas a las medidas, y sus numerosos comentarios, pero discrepo sobre ellas, y no veo la similitud con otros problemas de Propiedad Intelectual en el caso de la Industria Farmacéutica. En concreto, este no es un problema similar al de bajarse un disco: las patentes farmacéuticas son caras, y el sistema de patentes es necesario para que se produzcan. O eso, o se financian con impuestos. Pero alguien tiene que pagar la investigación necesaria para producir un medicamento.

Para producir un medicamento, los investigadores necesitan dinero. Es un proceso lleno de caros experimentos, incluídos sobre pacientes, que son necesarios financiar de alguna forma. Lleva muchos años desde que se descubre el componente hasta que se comercializa, y recuperar la inversión. No hay un modelo alternativo. Esto no son músicos que pueden financiarse mediante conciertos. Y esto cambia por completo.

Las críticas a las gestoras de propiedad intelectual nacen por no querer abandonar un modelo de negocio y buscar una alternativa. iTunes o Spotify, los conciertos, etc. demuestran que la Industria Musical tiene un modelo paralelo, diferente al que utilizaron hasta ahora, pero que es rentable. Lo mismo ocurre con la Industria del Software, como demuestra RedHat. No se cobra la licencia del producto (el SO es Linux) pero se cobra por el mantenimiento. Hay un modelo alternativo al que propone Microsoft, y RedHat (y muchos productos Open Source) lo pueden utilizar. Por eso no se trata del «Gratis Total».

Pero el modelo farmacéutico no tiene un modelo de negocio rentable alternativo al que venían utilizando. Y esto hace que la industria y las compañías que lo componen no sean rentables, y esto significa que no hay medicinas nuevas. Nos guste o no, la sociedad en la que vivimos, las empresas existen para ganar dinero. Y las farmecéuticas no son una excepción y quieren cobrar por sus medicinas. Que yo sepa, los productores de azúcar de Costa Rica, les gusta que desde EUA paguen por el azúcar. Y no que se lo confisquen.

En el próximo capítulo explicaré el modelo económico que está detrás de esto.

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